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La importancia de la educación para la salud

¿Alguna vez te has detenido a pensar en cómo la educación puede impactar en tu bienestar? ¿Te has preguntado qué cambios podrías hacer para vivir una vida más saludable y plena? ¿necesitas aprender o desaprender?


Manos sosteniendo un corazón de trapo

En un mundo donde la información sobre alimentación y bienestar parece estar en todas partes, es fácil sentirse abrumado. Pero, ¿qué pasaría si tuviéramos acceso a una educación sólida y confiable sobre nutrición y hábitos saludables desde una edad temprana? La respuesta podría sorprenderte.


La educación para la salud va más allá de simplemente decirnos qué comer. También nos enseña sobre la importancia de mantenernos activos, de dormir lo suficiente y de encontrar formas saludables de manejar el estrés. Estos conocimientos no solo nos ayudan a prevenir enfermedades, sino que también nos permiten disfrutar de una vida más plena y satisfactoria.


El papel de la educación para la salud en la prevención


Navegando por internet, en libros y en otras fuentes de información, se suele encontrar que una de las mayores ventajas de la educación para la salud es su capacidad para prevenir enfermedades antes de que comiencen. Cuando comprendemos cómo nuestras elecciones diarias afectan nuestra salud, estamos mejor equipados para tomar decisiones informadas que beneficien nuestro bienestar a largo plazo.


Por ejemplo, se refieren a que al entender los riesgos asociados con el consumo excesivo de azúcar, es más probable que optemos por alternativas más saludables, como frutas frescas o edulcorantes naturales. Del mismo modo, al aprender sobre la importancia de la actividad física regular, estamos motivados a encontrar formas de incorporar el ejercicio en nuestra rutina diaria.

Entiendo ese enfoque, pero discrepo. 


La teoría nos la sabemos, sabemos que mejoraremos nuestra salud reduciendo azúcares, haciendo más actividad física… pero seguimos, como sociedad, repitiendo los mismos patrones de conducta.


Los mensajes en relación a la salud están muy asociados al miedo, miedo a envejecer de forma prematura, a enfermar o a morir… pero siempre desde el miedo.


Quizás debemos empezar a educar desde el amor por querer disfrutar de la vida en un buen estado de salud durante más años, en alimentarnos de forma natural y consciente para gozar de vitalidad, o para gestionar nuestras emociones y pensamientos aferrándonos a la vida… En definitiva, desde el amor hacia uno mismo y hacia los demás.


Nutrición y salud


Según la R.A.E. la nutrición es la disciplina que relaciona la alimentación y la salud. Y destaco esta definición porque en muchas ocasiones al hablar de nutrición se relaciona alimentación y estética.


Si me sigues y has estado en alguna de mis charlas, sabrás que me gusta ver la salud como un taburete. Para poder sentarme en él con garantía de no caerme, necesito que sus patas estén equilibradas. 


Con la salud sucede lo mismo, debemos encontrar el equilibrio entre la salud física (alimentación, actividad física y descanso), salud mental (pensamientos y creencias), salud emocional (gestión de emociones, estrés) y salud espiritual (propósito de vida, misión, valores). Ese “equilibrio” es lo que yo llamo salud energética o salud en general.


Educar para que cada persona sea responsable de su propia salud y tenga las herramientas necesarias para encontrar el equilibrio en cada momento, es la clave para vivir con energía y vitalidad.

Empoderamiento a través del Conocimiento


La educación para la salud nos empodera para tomar el control de nuestra propia salud y bienestar. Cuando comprendemos los fundamentos de una alimentación saludable y un estilo de vida activo, nos convertimos en agentes activos en nuestra propia salud. Nos responsabilizamos de ella.


En lugar de depender de modas pasajeras o consejos poco fiables, tenemos la capacidad de tomar decisiones informadas que respalden nuestra salud a largo plazo. Esto nos permite disfrutar de una mayor calidad de vida, llena de energía y vitalidad.


La educación para la salud es una inversión en nuestro futuro. Al aprender sobre nutrición, actividad física, bienestar emocional y autoconocimiento, estamos equipados con las herramientas necesarias para vivir vidas más saludables y plenas.


Así que la próxima vez que te encuentres frente a una decisión relacionada con tu salud, detente un momento y reflexiona sobre lo que has aprendido. Recuerda que el conocimiento es poder, y que cada pequeña elección que hagas puede marcar una gran diferencia en tu bienestar a largo plazo.


¿Estás listo para embarcarte en el viaje hacia una vida más saludable a través de la educación? Pronto lanzaré una nueva formación, si te interesa, apúntate para ser de los primeros en recibir información: programa para personas altamente sensibles.


Señora mayor delante del ordenador portátil

P.D.: Dedicado a todas aquellas personas curiosas que les gusta aprender, tengan la edad que tengan. A los que creen que el saber no ocupa lugar, y a los que invierten en educación continua, ya sea a través de libros, cursos, talleres o escuchando las vivencias de otras personas para aprender de sus errores. 


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